martes, 25 de mayo de 2010

Fiebre de mis fiebres



 ¿A dónde acecha el destino que tanto persigues?

Tú eres el aire
Y yo el arduo fuego,
Si soplas despacio me atizas,
Si soplas fuerte me apagas.
Pero aún no ha nacido
Aquel que logre apagarme de un soplido.
En el fondo todo es blando y débil.
Pura bondad, puro cielo.
Por favor no toques
Aquellos puntos buenos,
Porque estoy jugando
Y si algo sale mal yo pierdo.
¿Serás el soplo de aire
Que tanto necesita mi vida?
Sé que no.
Asique guarda tus armas.
Vete despacio
Que ya no tengo promesas que defender.
¿Y si pactamos que todo
Es de mentira?

Yo vengo de las junglas
En donde siempre es estío,
En donde todo es lodo,
En donde la luz no llega.
Entiende mi concepto
Y leerás mi alma
Como quien lee un libro de ensueño.
Yo ya aposté todas mis fichas,
Ya no cedo ni un solo punto.
¿A qué abismo miserable
Quieres condenarme?
 Sólo el pecho extasiado
Y acaso agonizante,
Podría negar lo que aquí declaro.
Pero, pese a que a él te acerques,
Jamás lograrás echar por mar
Lo que a sometimiento de la razón mando.
Porque ve que así como me desangro
Así arden mis venas
Bajo el yugo imperial
De mi titánica frente.
 Esta mano,
Acaso sumisa a la poesía,
Nunca declarará
Lo que se atora en la garganta.
Más me valen cien vidas tristes
Que una sola palabra sin sustento.
Y si me refiero a lo que me eclipsa
Diré tan sólo
Que su nombre aún no conozco,
Que sus fiebres serán mis fiebres
Y  que no hay nada que desee más
Que verle correr algún día
Hacia mis brazos protectores.
Todo lo demás es herrumbre,
Es escoria, tiempo y pesadilla.
 Dime si entiendes
Estas simples matemáticas,
No es más que una tonta suma.
Dime si te agita acaso
Lo que duerme en mis sueños de mujer.
Dime qué deseas
Cuando todo es oscuro,
Lóbrego y taciturno.
Cuando cierras tus ojos
En una plegaria muda
Y todas las respuestas escapan
Y todos los sueños
Son los tuyos.
Dime qué piensas hacer
Los próximos años de tu vida,
Y si no tienes muchos planes
Prefiero que me esperes
Es aquella desierta esquina,
Un año bisiesto a la hora de la desidia,
Cuando la ciudad duerme y calla,
Y que entonces decidas
El maldito número que le quieres dar
A esta partida.
 Pero si entender no puedes
Algo tan básico y simple,
Si no dirimes lo que en mi pecho ruge,
Te pediré por los dioses
Que a otro sino te dirijas,
Y que me dejes a solas en la oscuridad
Impávida de recordar
Todas las cosas que salieron mal
Y que nada hiciste para rescatar.
 Rogar no quiero
Lo que como ser humano
Me es dado.
Suplicar no quiero
Lo que es mi derecho heredado.
Habrán otros tiempos, lo sé,
Pero ya la gente está cambiando
Sus casas y jardines,
Están, de a poco, ampliando
Sus saberes derogados,
Les está llegando la metamorfosis
Para convertirse en hombres y mujeres.
Y yo sigo aquí
Sin saber cuál es la puta ganancia
De toda esta pérdida.
A dónde abundan los sueños
Que me rozan dulcemente?
No soy para siempre.
Mi vida no es eterna.
Por la biología o por dios,
No quiero seguir esperando bajo el sol.
Los años pasan y nada queda.
Todo es transcurso inerte.
Todo cae en la nada.

Espero por mi sueño mejor.
Y nunca estuve más segura
En toda mi vida
De lo que era correcto.
Ahora lo .


20/05/2010.

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