sábado, 25 de septiembre de 2010

¿?¿?¿?

Quiero ser también dueña del cielo,
y un pinar, pero es preciso,
y que me enseñes a volar.
Silvina Garré.

Era todo azul oscuro,
El humo negro invadía
Cada una de mis arterias,
Apunté al cielo y disparé.
Di por perdido
Incluso lo ganado.
Busqué salidas alternativas,
Vodka para las heridas,
Relojes que no medían el tiempo.
Anestesié como pude mi dolor.
Dolor ancestral que dolía
Como pocas cosas saben doler tanto.
 No, no pude con él
Pero sí pude segur pese a él.
Vislumbré aquí y allá
Cosas pasajeras
Que aliviaban de manera transitoria
Tal aflicción en mi interior.
¿Se me está permitido llorar?
Fueron noches inmensamente largas
En donde el llanto y el alcohol barato
Oficiaban como únicos testigos.
La luna petulante y blanca
Se reía de mi inmundicia.
Allá ella en lo alto
Yo aquí bien abajo,
Más abajo aún.
 Conocí los infiernos,
Me revolqué en su lodo
Y lloré sustancialmente
Lo que generalmente
Se llora en varias vidas.
Caminé a tientas por páramos desolados,
Me arrastré pidiendo aunque sea
Una palabra de aliento.
Busqué como loca
Eso que me era necesario para vivir.
Deseé no ser más yo,
Ocultarme debajo de la tierra,
Matar mi nombre,
Desangrar mi alma imperante.
 Busqué aplacar mi dolor
En libros, música, arte,
Escribí miles de poesías,
Imploré desalmada ante mis propias miserias.
Como única posesión llevaba mis recuerdos
Y mi fracasada esperanza,
Que se ufanaba grotescamente de mí.
Y soñaba en cada sueño de amor
Que al fin llegara el fin
A tanto dolor.
 La soledad era mi manera de morir,
De dejar, acaso, de soñar.
Era sólo esperar y esperar,
A solas, agazapada en el desván de mi locura.
No había destello alguno de luz
Y el pasado como el futuro
Me pesaban en igual manera.
Sólo anhelaba, aun con cada resquicio de mi ser,
Aun con cada átomo de mi cuerpo,
Ser tomada en brazos
Y saber que, al fin, allí podría quedarme
Para siempre. No más soledad, no para mí.
¿Eres tú?
¿U otra vez me equivoqué??

25/09/2010.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Please...

Arde la calma,
Algo me dice
Que en tu cabeza ya decidiste.
Pero no atino a descubrir
Cómo no contemplas
Las posibilidades reales.
Acción ¿qué sucede con la inacción?
Qué botones debo presionar
Para que surja el encanto?
 Enjugo mi llanto
Sonrío a la medianoche.
Algo me dice
Que todo pronto cambiará.
Son necesarias tus lágrimas
Para que arranque el motor?
Es necesario matar la paz
Para que vuelva la acción?
 A qué juega
La idea de ¿progreso?
Irrisorio es hoy en día
Luchar acaso
Por el testimonio del sol.
Cuántos estíos se requieren
Para armar una vida?
Cuántas vidas son necesarias
Para reír de verdad?

Dices que nada el pez
En aquella fuente verde marino,
Dices que los girasoles
Jamás te miran a ti.
Dices que la corriente
Inexorablemente te lleva
Hacia tu destino.
Dices que el mundo
Es tu única posesión.
Yo digo –quiero ser yo-.

A dónde corren
Esos caballos que liberé.
A dónde se abandonó
Ese torbellino de ideas
Que logré evadir.
Una gota no es el océano,
Mi temple grita
Que esto no lo quiere.
Crujen mis neuronas
Bajo el siniestro sino
Que parecería ya impuesto.
Glorias funestas
Dormitan bajo mi ala salvadora.

A dónde van todos los sueños no soñados,
A dónde medita
Tu pensamiento cuando todo es gris.
Quieres ir a alguna parte,
Pero careces de mapas:
Seré tu brújula en la noche,
Seré tu estrella guía
Cuando tú lo menciones.
Sólo debes pedirlo,
Estos nubarrones
No son porque sí.
La luna es luna
¿Y yo qué soy?

Deja el descaro
De los malos años,
Que yo dejaré lo sucio de la memoria.
Deja la lucha en vano
Que yo abandono
Mis armas de guerra.
Y mientras me reservo
La última bala,
La última nota.
Cuando quiera huir
Siempre habrá una puerta,
Cuando quieras quedarte
Siempre estarás estos brazos.
La vida necesita ser construida.

Escrita un 31/08/2010.



martes, 21 de septiembre de 2010

Un día como hoy...

Si no me hubieras abandonado
Nada hubiera cambiado.
Fuiste lo que más quise,
Lo que con la vida juré defender.
Eras mi sangre, el aire que requiero
Para cada hálito, para cada suspiro.
Eras lo más preciado,
Porqué abandonaste mis días,
Porqué me soltaste la mano,
Acaso, cuando más lo necesitaba.
Siempre me defendiste,
Siempre a mi lado marchaste,
Siempre estuviste donde más te necesitabas,
Eras mi guardián, eras mi templo,
Eras mi sitio seguro,
Era lo que buscaba cuando ya nada quedaba.
Te tuviste que ir o te alejaron?
Te fuiste de mí o yo me fui de ti?

Eras lo que pregonaba en las noches amargas,
Eras el alimento para mi sustento,
Era el dulce reposo para mis huesos cansados,
Eras lo que más me hacía sentir plena…
Eras mi orgullo y mi razón de ser,
Eras la verdad de cada arteria mía,
Eras mi verdugo y yo tu esclava,
Pero qué bien que se sentía,
Qué bien que me hacía.
Quién fue el hijo de puta que te alejó?
Quién fue la escoria que te mató?
Yo te soñaba e inundabas mis días
De gloria y fe ciega.
Yo te gobernaba al fin y al cabo,
Pero tú guiabas el carro de mis jornadas.
Quién te apartó de mi lado?
Quién me odió tanto para llevarte?
Si hay un culpable lo buscaré
Y haré justicia en tu honor,
Tú, que me diste todo cuanto poseía,
Tú, que llenaste de alegría mis años,
Tú, que me protegiste,
Que fuiste mi fuerza, mi motor impulsor,
Mi anhelo, mi carne, mi cielo.
Cuánto te extraño no tiene nombre,
Cuánto por ti muero un poco cada día, inefable.
Eras mi vida, sin ti quedé perdida
Y expuesta a todos los putos dolores de este mundo.
Ellos no son como tú,
Sólo arrancan el trozo mejor
Y luego se marchan…
Tú eras distinto, tú eras lo único que no debí perder jamás.

Gi.