viernes, 30 de diciembre de 2011


Que será distinto, ya lo sé. Que me toca abrirme al mundo cual fruto maduro. Que sólo cuento como armas con la experiencia que el camino me ha dado. Que el camino es solitario y hay lugar para uno solo. Que mi vida depende de mí, que el resto es fruslería. Que no importa cuánto se ande, la procesión va por dentro. Que más allá de las lágrimas existen las sonrisas pero que el ciclo siempre vuelve a empezar. Que hay que aferrarse a los orígenes, a la tierra que nos ha dado el sustento. Que quien no echa raíces con el corazón vive en tierra de nadie. Que la distancias sólo las sortea el verdadero amor y que no hay mayor amor que el que nada pide. 


Que hay que abrazarse a los días de sol, pero nunca olvidar que lloverá. Que hay que darse pero jamás más de la cuenta. Que lo que más valor tiene, el don, el regalo más preciado es la compañía. Que nadie va a decirte qué es lo que realmente te conviene porque tampoco lo sabe para sí mismo. Que los consejos deben ser tenido en cuenta pero también tomados con pinzas. Que crecer exige mucho más esfuerzo y sacrificio que el de ver pasar los años. Que en esta vida todo se aprende, la elección del cómo es de uno: por las buenas o por las malas. Que el dolor es un sabio amigo que guía durante todo el viaje, si se lo entiende no hay consejero mejor. Que no siempre lo deseado debe cumplirse, se puede terminar convirtiendo en la peor pesadilla. Que si quieres volar deberás alzar los pies por sobre el suelo.  Que nunca debes hacer lo que otro te digan. Que aunque el tiempo de la enfermedad sea inclemente, también pasará.



Que nadie es para siempre, que todo cumple su ciclo, que las cosas mutan y uno debe adecuarse a esos cambios. Que nadie puede quitarte la dignidad a menos que se lo permitas. Que muchos dirán quererte pero de seguro ello casi nunca alcance. Que poder escribir todo esto me costó lágrimas, desilusiones y horas de infinita tristeza, pero me liberó del mayor de los miedos: el de vivir. Ya soy yo. Renegocié conmigo misma las reglas del juego. Y aunque me vean llorando, dentro mío sé, que al otro día volverá a salir el sol: no es más que el curso de la vida. 
28/12/11.





Feliz año nuevo.


martes, 27 de diciembre de 2011

Vade retro!


Vete con tus vanidades
guardadas en algún cofre,
que yo para mí sólo guardo las desgracias
que se desgraciaron en algún mal paso.
 No tengo ya más motivos
todo está cautivo y preso de la memoria,
no tientes a las palabras
ellas saben más que yo
y degradan con su peso todo a su paso.
 Vete y no rejuntes los despojos de la historia
que siempre habrá un siempre para el error
y nada ya quiero arrancar del corazón.
 No perturbes mi calma temprana
que rehuyo de las malas omisiones
y los secretos se aprietan en mi garganta,
yo ruego para que no se liberen.
 Vete con tus desórdenes mentales
a la otra habitación,
no medites tu hipocresía
ni vaciles si vas a dispararme o no
que no hay peor compañía que la cobardía.
 No me apuntes sino vas a gatillar,
destrózame de una buena vez
y luego aléjate ponderando soberanía.
Retroceden tus mares
ante mi prepotente osadía.
 Vete con tus armas a otro lado
sino vas a usarlas,
si quieres, fulmíname con una mirada
que yo para ti guardo
¡todas! todas las palabras que desarmo.




(de antaño...)