lunes, 17 de mayo de 2010

De mí...




 Ich glaube an die Liebe


Mi computadora es un caos!!! A saber: tengo discos de música que ni yo sé que los tengo, de cosas que No escucho, personas o bandas que apenas conozco, y que están ahí vaya a saber porqué misterioso motivo... Después me encontré con videos un tanto viejos, cuando estaba más linda!! Qué me pasó??? Con personas que tal vez ya ni veo...
Por otro lado la tengo saturadísima por películas. Ocupan casi todo mi rígido.
Por lo que me puse a pensar... si nuestro cerebro fuera como el rígido de la PC... Entonces claro, encuentro un montón de cosas que ni yo sabía que estaban, recuerdos difusos de otros tiempos, pasajes de libros o letras de canciones que ya creía olvidados. Aromas, gestos, modos únicos de hablar, que de repente veo en otros y me trasladan hacia atrás. Personas lejanas ya por el paso del tiempo, que vuelven de algún modo por esas cosas de la memoria. Dichos y palabras que dijimos y que tal vez se olvidó. Pero ahí están, una vez más, en la tonta memoria.
Y así el rígido del cerebro también se satura. Es entonces que es necesario aplacar el recuerdo y abocarse al hoy. Pero no es tan fácil, ardua tarea para quien cree que todo tiempo pasado fue mejor. Pero acaso lo fue? Me interrogo a mí misma y ni aun con toda mi sinceridad puesta en la balanza puedo responder. Es raro... pero a veces presupongo que la vida ya no tiene nada para sorprenderme. Y es entonces, justo así, cuando me encuentro con aquello que incluso desconociéndolo, crece para mí, ante mis ojos, y me deja pasmada, sin palabras, acaso sorprendida. Y todavía más sorprendida me encuentro al saber que aún no perdí mi capacidad de asombro. Esa capacidad única de quedarse sin palabras.
Creo que mi memoria requiere una buena limpieza, tal vez sea hora de arrinconar mis miedos del pasado y mis temores mal infundados, y avanzar, a ciegas sí, pero avanzar, al fin, hacia aquello que tanto anhelo, que tanto amo, que tanto sueño... Será cuestión de soltar amarras y de pensar que lo mejor aún no sucedió. Que eso que busco se encuentra a la vuelta de la esquina y que con un poco de paciencia (cosa que me escasea), lograré encontrarlo un día cualquiera.
Nada es definitivo y lo sé. Y lo que hoy amo y retengo con toda mis fuerzas, quizá para mañana desaparezca, como también fueron desapareciendo las cosas que amé, que aprendía a amar, que juré defender. Porque como bien dice una canción "Todo concluye al fin". Y esto, también pasará. Pero mientras pase puedo entregarle mi alma, gozarlo hasta el último instante, no perderme un segundo de existencia. Y si pasa que pase. No importa, sólo me interesa derrochar en esto, todo cuanto es capaz de sentir mi corazón. Pero, qué es esto? Esto es mi presente. Esta vida que día a día me colma, que me agota hasta el cansancio, que me deja a veces sin ganas de un día más, pero otras tantas, con ímpetu de salir corriendo y gritar a los cuatro vientos lo que se aloja en lo más íntimo de mis sentimientos.
No sé si será verdad todos los cuentos que nos hicieron tragar en la infancia. No sé cuánto hay de cierto en las historias de las abuelas. Pero a juzgar por el poco tiempo que pasé en este mundo, la felicidad puede ser mucho mejor que esa que termina con el colorín colorado. Todo lo que sé es que tengo muchas ganas de sentir. De creer que aún no probé todo. Que allá fuera, y aquí dentro, se está de verdad bien. Y pensar que las mejores cosas de la vida, son en su mayoría, tan simples como escribir estas líneas. Una risa con un buen amigo, dormir al lado de la persona amada, el cariño de las mascotas, un mate en invierno... todas cosas simples pero que hacen que valga la pena.
Me juego por esto. Me juego por la vida que quiero vivir. Por los sueños que quiero cumplir. Por las personas que amo. Por lo redentor del amor.
Me juego por lo que deseo. Por hacer de cada día una realidad digna de ser vivida.
Me juego por vos y por mí. Por el mundo que anhelo. Por la dicha que aún espero.

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