lunes, 26 de julio de 2010

PoemAa...



Seré como la lanza
Clavada en el ijar de Cristo,
Seré la última de las cruces erguidas,
Seré el castigo llano y conciso,
Seré tribulación que no descansa ni medita.
Seré juego abstracto de ideas y anatemas,
Guiaré a las tinieblas
Hasta mi raudo descanso.
Hecha de polvo estoy
Y hacia él voy,
Y no hay amo ni señor que pueda detenerme
En mi larga caída.
Seré aquello que odies cuando ya nada quede,
Seré de todos tus males
El peor de ellos,
Seré vergüenza a la luna taciturna
Porque seré más oscura que la noche,
Más lejana que la distancia.
Y entre desiertos
De femenina soberanía
Juraré y declararé
Soberanas manos
Que tempestuosamente
Me recorran como únicas reinas
De mi desertor adiós.

No ves que acaso,
Al fin y al cabo,
No hay más lumbre que el sol,
No hay más silencio que el tuyo propio,
No hay más abandono que el de este cuerpo
A las estrepitosas manos de Baco?
Y verás que será esa lanza vengadora
Surcando los cielos y el aire
Y gemiré furibunda
En las fauces del propio erebo,
Y me declararé poseedora
De la tierra y el infierno,
Y en aquel bajo lugar
Haré mi reino y estará mi príncipe.

Seré la daga impía colándose entre tus costillas,
Seré la herida mordedora,
El calvario, la deshora,
Seré la última pecadora,
Seré el sueño no soñado.
Yo me vuelvo a mis infiernos,
Tú te quedas vitoreando.
Pero en el postrer sacrificio
Reiré presuntuosa
Y jamás entenderás que la sangra derramada
No es más que la de tus venas afiladas.
Tú dormirás en mi sueño
Pero yo seré lo que nunca podrás quitar de tu vigilia.
Soy de barro y me desarmo,
Soy de estaño y  no alcanzo,
Pero la luz cegadora,
Vil y pesada, arrullará cada uno de tus sueños,
Cada una de tus pesadillas,
Y así no lo puedas ver o sentir,
Te quedarás en mis garras por siempre sostenido.
Y no habrás para ti más enfermedad que mi nombre.
Y no será para ti más afán que mi presencia.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Siempre serás bienvenido en Mi Pequeño Mundo