viernes, 11 de noviembre de 2011

Qué ganas...

Qué ganas de bailar hasta la madrugada como si no hubiera un después...
Qué ganas de oír la leve musiquita de río...
Qué ganas de  volver a mi Jujuy querido...
Qué ganas de viajar...
Qué ganas de  reír como hace tanto que no lo hago...
Qué ganas de comerme un doble cuarto...
Qué ganas de  llorar de emoción viendo una película de drama...
Qué ganas de oler el mar...
Qué ganas de  tener mi propio lugar en el mundo...
Qué ganas de poder escribir todo lo que siento...
Qué ganas de que no sean los otros los que más se pre-ocupen por mí...
Qué ganas de  salir a la ruta y dejar que el viento me despeine...
Qué ganas de tener más y más gatos...
Qué ganas de  largar todo e irme sin decir a dónde...
Qué ganas de conectarme un poco al menos con la naturaleza, correr en el pasto, mojar los pies en el río, bailar bajo la lluvia...
Qué ganas de  un buen debate sobre cine o literatura...
Qué ganas de comprarme ropa y sandalias...
Qué ganas de  comprarme todos los libros que quisiera...
Qué ganas de olvidarme por un rato de todos los problemas...
Qué ganas de  reunirme con las personas que tanto quise y que me devuelven a mi esencia...
Qué ganas de soltarme de mis propias cadenas...
Qué ganas de  seguir soñando...
Qué ganas de tomarme ese champagne que nunca me tomé...
Qué ganas de  manejar...
Qué ganas de sentirme tan viva como yo sólo sé...


Qué ganas de vaciar mi mente...   

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