lunes, 5 de marzo de 2012

"Soy un pedazo de tierra que vale la pena..."



De nada sirve ver la agonía lenta de lo que está condenado a morir. De lo que ya tiene fecha de caducidad. De lo muerto en vida.
Empieza despacio, abre heridas, sucumbe arterias únicas, toca nervios íntimos, va en la sangre y con sangre. Se abre paso por las venas, cala profundo, cansa, erradica el bien, mata células buenas. Es como un cáncer que corroe lo sano, lo bueno, lo puro, lo vivo. Es como destello de locura inigualable, como algo que se va pudriendo de a poco. Es como un caudal insensato, que arrasa lo mejor que hay, que despedaza la carne fresca, la carne sacra.
Es vil y degradante. Es un pacto suicida. Es como algo que enferma hasta la médula, deja sin fe, sin esperanza en el mundo y en las personas. Es como un no dios, un non sancto, es como una droga que causa adicción; todos te dicen que pares y aun así sigues, no cesas, como una carrera póstuma hacia el peor infierno.
Es no querer ver lo que a ojos vista está. Es no creer en las señales, en los consejos, en las buenas palabras, en las premoniciones, en lo que es real, en  lo claro, en  lo señalizado. Es querer tapar el sol con un dedo, querer acaparar lo no propio en las propias arcas. Es como robarle a un ladrón pero sin los cien años de perdón.
Es una ficción de mal montaje, con un guión predecible y por demás aburrido, con actuaciones pésima; un truco sin magos, una energía sin cuerpo.



 Se elige a todo o nada, y en cada elección se va una parte única de vida, se deja un músculo, un miembro, un litro o varios de sangre; se deja sudor, lágrimas, pedazos de hígado, pedazos insustituibles de corazón; se dejan neuronas, dedos, pelos y hasta partes de oreja. Se deja en ello lo que pudo haber sido, lo que se soñó, lo que se deseó. Se va el alma y el hálito de creer en un mañana. Muere algo con uno, algo que ya no volverá a ser, que jamás volverá a ser.
Se trata de saber tomar las armas adecuadas, para no matar porque sí, sólo defenderse cuando llegue la ocasión. Se trata de saber estimarse y cuidarse como se cuida a un tesoro preciado que se ama por sobre todas las cosas. Se trata de tener la exclusividad de la propia dignidad. Se trata de ser leal y honesto con el propio porvenir. Se trata de dejar a los muertos en paz.
Se elige y se mata y se muere en cada elección. El punto radica, acaso, en saber en qué consiste lo que dejamos morir y lo que creamos de la nada. Y aquello que no tomamos no será nunca, nunca existirá, acaso las vidas posibles que pudimos darnos y no serán.
Guarda siempre una última bala en el cartucho, una salida de emergencia, para un escape seguro, para una solución eficaz. Es como tener a mano esa píldora de veneno por si nos atrapan, por si nuestros propios sueños nos dejan inválidos.
Habrá una fiesta a la que nunca llegarás, como un pico nevado que tus ojos nunca verán.
Habrá miles de bocas que jamás besarás, que no serán besos nuevos a personas nuevas. Morirán de tedio las mariposas estomacales, o quizás las vomites tras beberte todo el vino que tu cuerpo pueda tolerar. Y sabrás de esas fiebres que nunca acaban, de esas vueltas interminables en la cama. De esos llantos reprimidos sobre la almohada ya húmeda. La masturbación a solas, en un baño oscuro y ajeno. Y esas camas vacías, esas sábanas que no rozarán tu cuerpo. Ese jamás y ese quizá que no serán.
Piensa en cuánto cotizan tus manos en la bolsa de los sentimientos, en los recuerdos que atesoras en el placard, en ése número de teléfono que no borras, en esa foto escondida en algún desván. Piensa en la poesía que no podrás comprender, en ese pedazo de vida que te falta y que siempre ha de faltarte. Piensa en todos esos libros que no leerás, esa cita a la que no llegarás. Piensa en todos los años que te quitas cada vez que aspiras el puto humo que ennegrece tus pulmones ya carentes de sentido.



Me gusta pensar que al otro lado de la luna hay una playa, que se extiende de norte a sur, de este a oeste. Sus aguas son calmas y cálidas, su arena blanca y aterciopelada. Sobre ella me recuesto y ya sin recuerdos ni olvidos, llega a mí el conocimiento de una sonrisa abierta y franca, de unos ojos melancólicos pero exuberantes al verme. Y ya no hay temores, la noche se apaga en un ligero sorbo de vodka. Y vuelvo a contemplarme frente a esa luna, frente a ese mar, y estoy yo, de pie, esperando que algo bueno suceda. Que alguien venga y me haga la promesa de cuidar de mí.  

Besos en la frente para ti, buena vida y mis más sentidas condolencias.



Título: "Latinoamerica", Calle 13.

6 comentarios:

  1. "Se elige y se mata y se muere en cada elección".

    Y mientras elegimos, vemos alejarse palomas allá en el horizonte mientras nos quedamos enredados enredados en la arena de una playa.
    Y mientras matamos, recordamos el vuelo de esas alas que ya no podemos alcanzar.
    Y mientras morimos, echamos de menos volar y navegar.

    Espléndida prosa lírica que recorre el pasado de nuestras elecciones, mira de frente al presente en su espejo de azogue, y entorna los ojos queriendo vislumbrar todo allá en el futuro de horizonte.

    Me ha gustado muchísimo como has vestido y desvestido a la propia vida.
    Gracias por tus palabras en mi blog.

    Saludos.

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  2. Sucede que morimos en cada calada que le damos a la vida, lenta y pausada. Pero va mas allá del vicio es la necesidad intransigente, de querer continuar con ella, porque de nada sirve una vida guardada en el bolsillo.

    Saludos.

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    1. La vida más allá de la vida. Defenderla a todo precio, será que es porque no conocemos nada más?
      Gracias por tu comentario...
      Nos leemos, besos.

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  3. Wow, es una entrada muy larga,sí pero no despegué un segundo la vista de ella, la vida y la muerte no son temas de los que se puede hablar con todas las personas, todos los toman de maneras distintas, pero con respecto a las elecciones, se hace casi todo mal. Es irrevertible la muerte de una persona, pero se puede mejorar la política en el futuro, la nueva generación tal vez pueda hacerlo. Sólo hay que tener esperanzas.
    Te mando un beso enorme, precioso blog. ¿Nos leemos mutuamente? ♥

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    1. En realidad hablo no de la muerte en sí, sino de las cosas que vemos morir y nada podemos hacer por salvarlas... Te leo! Y gracias por comentar, te espero por acá las veces que quieras...
      Besos!

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