Si se demorara en llegar el ocaso, y todo fuera día claro, no podría entender esto de crecer. Dicen que lo que no mata fortalece y con lo poco o mucho que me tocó últimamente vivir diré que si es cierta la frase, ya debo ser roca sólida. No me quejo. Vivir implica eso, lamentablemente; tengo una premisa, y es que todo se aprende en esta vida, por las buenas o por las malas, pero nadie le escapa a las lecciones de la vida. Prefiero de todos los modos posibles, que lo malo me suceda mientras estoy fuerte y aún guardo la flexibilidad y adaptación que la juventud ofrece. Sé que todavía vendrán muchos más días de tormenta, pero mal que mal, aprendí a timonear mi barco.
Sé que cuento con pocos recursos y pocos son los que han decidido acompañarme en el viaje. Un poco la familia, un poco las amistades. Por lo demás llevo conmigo la consigna de buscar aun a costa de todo, mi propia felicidad. Y aunque llore, haga berrinche, revolee cosas, me desespere y me esconda, muy en el fondo de mí hay una MUJER FUERTE dispuesta a hacer lo necesario para estar bien.
Nadie me subestime, que con estas manos y con este temple, podré lograr avanzar hacia mi destino.
Únicamente,
Yo.
23/01/12.
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