miércoles, 8 de junio de 2011

Mis elegidos.

Difícil elegir una lista de los 10 mejores libros o algo así, pero sí puedo elegir los que más me marcaron, los que cada tanto hojeo, los que me aconsejan, los que me dejaron un centenar de emociones al terminarlos; aquellos que hubiese deseado que no tengan fin, aquellos que me dejaron enseñanzas, aquellos que gocé como pocas cosas se gozan en la vida. Y si bien no puedo ser nada objetiva: A ellos, este homenaje.


RAYUELA.
Julio Cortázar.

Qué puedo decir de este libro que ya no se haya dicho. Mi Rayuela está todo escrito, subrayado, con notas al pie, plagado de citas… está usado de verdad. Lo leí todito, como dice Cortázar, siguiendo los números. Me trae recuerdos este libro, recuerdos de café calentito a la mañana en bar que quedaba cerca de mi facultad. Siempre dije que no es un libro para leerlo en el colectivo, se merece una dedicación y una concentración que ningún medio de transporte aporta. Así es que puedo asegurar que lo leí íntegramente en cafés de Buenos Aires.
Al principio me sentía semejante a Horacio, hay muchos rasgos de él que aún encuentro en mí, debo confesar que lo idolatré, le escribí poemas; estuve febrilmente enamorada, cual adolescente, de ese personaje de cual yo sospechaba que detrás de él estaba el mismísimo Cortázar, con su Gaulloise en el labio, en un café parisino, conversando consigo mismo, ataviado de un sobretodo… Y sí, también probé los Gaulloise, rico, dulzón, pero fuerte.
Con Rayuela aprendí a amar los puentes, y también advertí lo que me cuesta atravesarlos si me pongo a pensar en ellos. Y también pienso en aquellos ríos metafísicos,  porque yo no soy como la Maga, que simplemente los nada… Me quedo en el borde, sin saber qué hacer.
Amé Rayuela, es mi libro de cabecera, a donde siempre vuelvo cuando no sé qué camino tomar, cuando quiero un respiro, cuando necesito un poco de la Maga y de Horacio.
Gracias Don Julio por este maravilloso libro.



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CIEN AÑOS DE SOLEDAD.
Gabriel García Márquez.

Lo leí por una recomendación de una revista de cultura en la época en la cual me negaba a leer clásicos. Y fue un gran descubrimiento. Un libro dolorosamente humano, las miserias, las soledades, las vanidades, los amores, las pasiones, las frustraciones y las nostalgias humanas se pasean por sus hojas, y danzan perfectamente con la cadencia de la pluma de Gabo.
Macondo es el sitio en donde la nostalgia hace nido, una especie de melancolía que ya nos avisa que la vida traerá despedidas, pero también bienvenidas.
La política, la existencia propia de los países latinoamericanos, las peripecias de la vida cotidiana, la lucha, la rebelión, todo enmarcado en este libro, pero por sobre todo esa esperanza que hace capaz de seguir andando al ser humano pese a todo. Éso, que no tiene nombre, que hace girar al mundo en el sentido correcto.
Un monumento a las pasiones de los hombres, un clásico, un libro lleno de magia y de abrumadora humanidad. Eso y mucho más es Cien años. Por más que uno lo lea una y otra vez siempre tendrá más significados por descubrir, un libro que nunca se termina de leer, porque acaso es como la vida misma. (Por cierto, la edición que yo leí –que era de una persona muy especial para mí- no traía el árbol genealógico por lo que lo tuve que hacer yo, recomiendo hacerlo uno mismo)



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MADAME BOVARY.
Gustav Flaubert

Con Flaubert descubrí cuánto me gusta el realismo francés. Y con este libro en cuestión sentí una identificación que va más allá del personaje de Emma. Muchos hombres que conozco que han leído esta novela la aborrecen, para mí más bien es la heroína que hace de mártir y de verdugo. Una mujer encerrada en lo que le toca vivir, que decide dejarse llevar por aquello que acaso todas las mujeres deseamos, eso que no se encuentra más que en las películas o en los libros, esas historias de amor únicas, platónicas; esas ganas de querer sentir un beso o una caricia como si fuera la primera vez, ese anhelo oculto (maltratado por el feminismo) de querer ser princesas, amantes ardientes, rescatadas de las tinieblas, de la monotonía de la vida cotidiana, por ése príncipe con el que alguna vez de niñas soñamos. Mártir, frustrada por eso que nunca se alcanza, que ya sabe a humedad y a añejo, eso que aunque se batalle, está perdido, porque no existe. Verdugo porque ella misma fue la ama y señora de su destino.
En cuanto al pobre marido qué decir, la estupidez se paga cara, en este siglo y en los anteriores. Y por más que me lo digan, no me genera compasión. Acaso alguna vez algún hombre manifestó piedad por la ingenuidad de una mujer enamorada?
Emma, mujer, amante,heroína, verdugo, penosa princesa sin caballero. A los que no tengan ganas de leer el libro también está la película, la verdad no la vi, pero es una variante, aunque no la recomiendo.



3 comentarios:

  1. Intente con "Bestiario" o "De todos los fuegos, el fuego". Cortázar merece un top ten por sí solo.

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  2. Es cierto! Ahora estoy con Divertimento. Un monumento a la literatura!

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  3. El único que he leído es el de Cien Años de Soledad y lo amé.. buscaré los otros dos

    Saludos :)

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