sábado, 19 de septiembre de 2009

Poema.





No puedes hablar porque aún no te he puesto voz,

Porque incluso teniendo luz

No sé si es cierto que existes.

No sé si los gestos que veo en ti

Son reales o se han escapado de mi ilusión.

La realidad es que, presuroso o no,

El calvario de los recuerdos hoy vuelve para mí

Y recita en versos austeros la infamia del ayer.

Lo aprendido se hace eco

En lo que creí que nunca iba a volver a usar.

La cabeza me da vueltas

Y me dan nauseas todas las cosas que callo.

Ya llegará abril con sus días

Y todo será sueño o mentira.

Pero mientras tanto te voy inventando

A medida que amanece el día,

Mientras tanto te voy dando forma

Te hago suave y alegre

Indolente y ajeno,

Ido de toda la confusión del mundo,

Irreal al fin y al cabo.

No tienen poesía tus palabras,

No tienen calor tus manos,

No hay melodía alguna en los sonidos pobres

Que emana tu boca, no hay nada allí.

No existen hemisferios

Para nombrar dónde te encuentras

Y aunque se haga todo real y mundano

Sé que es mentira tu existencia.

Lo niegan las maledicencias,

Lo niegan mis manos heladas

Lo niegan todas las palabras de amor,

Lo niegan, aun, los que existen.

No quedará de ti en mi vida

Ni un rastro sombrío ni una palabra amena,

De ti todo será olvido, frío y desierto.

No sé a quién profesas tu fe,

Si al demonio, a dios o a algún mortal,

No sé a qué saben tus opiniones y decires,

No sé cuánto vale el último de tus dichos.

No sé de dónde has sacado tan perfectos modos,

Tampoco sé –ni quiero saber- a dónde buscas consuelo

En las noches de frío,

Cuando todo cae y calla,

Cuando llueve en domingo.

No inventaré más motivos, no diré el nombre

Con el que pensé nombrarte,

Tal vez algún día en tu memoria

Me acordaré de algún personaje de ficción

Con las indecentes letras que otros han dicho para ti.

No hay principio ni fin,

No hay testimonio ni palabra que haga de este acto

Una sola verdad,

No hay otros que miren

Mis manos turbulentas tocando el teclado,

Maniobrando entre palabras inexistentes

La ligereza de lo que aun sin saber quiero olvidar.

No eres nadie,

Deberías saberlo, alguien debería habértelo dicho.

Dejaré a los fantasmas en la memoria,

No puedo volver a creer en un día azul,

Las promesas de otros años (de otros ojos también)

Me han embargado ya

Lo poco de cordura con que vine a este mundo.

Para mí el camino que transito lentamente

A la sombra de un viejo árbol,

Para ti todo lo indecente y bajo, y cruel y triste

De lo que nunca existió.

Este corazón te hubiera querido

Si tan sólo hubieras sido real.

2 comentarios:

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