miércoles, 4 de junio de 2008

Es el roce del silicio,
La duda imperativa,
La noción de la dulce expiración,
La motivación, la razón,
La nefasta razón.
Es el oprobio de mis días,
El aje mal intencionado,
La virtud deshecha,
El afán siniestro que persigo
Y sin ganas sueño.
Es lo inefable de mi alma,
La dicha negada,
La muda plegaria,
El tópico que nombro
Cuando me siento tan sola.
Es el miedo de mis arterias,
La canción olvidada,
Lo taciturno de mis noches,
La estigmatización de mi temple
Que me hace sentir desvastada.
Y esta no es una batalla de igual a igual
Porque en este momento
Estoy arruinada,
Escondida en mi triste guarida
Cual un animal viejo, cansado
Y hambriento.
Ya malherido por los vicios del mundo.
Y contemplo mis laceraciones,
Las lloro apaciblemente,
Como a cada afrenta
Que me ha tocado vivir.
Me he convertido
En un paupérrimo harapo,
Sosteniendo en una mano
Mi corazón roto y sangrante.
Y tiritando mi alma está,
Helada de soledad
Silenciada por el ayer,
Buscando en el ancho universo
Una clave que le devuelva
La pasión y la vitalidad
De otros años.

2 comentarios:

  1. "traté de inyectarme mi viejo optimismo pero ese que resulto aún era yo, listo para amar"

    ResponderEliminar
  2. muchas gracias por el homenaje, no tengo muchas palabras para agradecerte.
    un beso cordillerano
    Alex

    ResponderEliminar

Siempre serás bienvenido en Mi Pequeño Mundo