lunes, 14 de marzo de 2011

Enfático e imperatiivo (14/01/2011)


Lucharé!


Lo más importante que esperaba en los años que pasaron aún no llegó. Pero ahora sé porqué, ahora lo veo tan claro que lastima. Todo en la vida ha de ser por algo. Y yo primero debía ganarme mi lugar en el orbe. Justificarlo como se justifica acaso, a lo que se ama demasiado. Legitimar el deseo a través de los fundamentos que me llevan a desearlo. Prefijar, además, salidas alternativas, y evidenciar en ellas, ya con el ojo avezado, las variantes al plan original. La vida requiere para sus planes una cuota de saberes y recursos que antes escapaban a mi razón y a mis circunstancias. Y no será fácil, y lo sé; pero la tentativa de mejorar mi universo será, por lejos más fuerte y más avasallante que cualquier obstáculo al final mentiroso. Porque sé que cuando se deja el alma en una intención, eso, por ley, ha de ser.
Mi plan será agotar todas mis energías, luchar hasta el hartazgo más penoso, ejercitar cual monje, la paciencia. Asimilar los vaivenes que el camino traza, pero aun así no desalentarme. Quitarle el crédito y el credo a las voces ponzoñosas que me desvían de mi proyecto. La montaña irá a Mahoma. Y lo verán.
No, conmigo ellos no podrán. Aunque me maten mil veces, aunque me pongan trabas milenarias, aunque desarmen mis cuadrillas, aunque me flaquee el aliento. No, conmigo ellos no podrán. Porque pese a todo, mis armas siguen intactas, porque lo que me moviliza es el ansia de libertad y la sed de felicidad. Porque podría quitarme el pellejo y desahuciarme en pos de mi magno deseo. Porque en esta empresa me juego hasta lo que no tengo. Porque lo me moviliza es sincero. Y en mí late un corazón de viejo guerrero. Y pienso dar batalla con mi voz, con mis anhelos, con mi voraz ímpetu de soñadora, con todo lo que la vida me enseñó, con el puño de la justicia y el único afán de obtener para mí la paz y la dicha. Porque tengo la fe empecinada y la calma rota. Porque pienso ir a fondo  y no claudicar. Porque lo deseo, y así será.
No, ellos conmigo no podrán. Sólo por esta vez se hará mi aspiración. Y el mundo entero vibrará ante mi voluntad.
No, ellos conmigo no podrán. Yo seré más fuerte, más obstinada. Yo, por fuerza, he de ganar. Conmigo no podrán. Lo lograré, y ahora lo sé. Disparen! Que sus balas ya no me dañan. Voy por ustedes. Voy por mi sueño.

Gisela. 

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