Para mí la vida cayó en un pozo ciego,
Mi más estimado sueño y único objetivo ya no se logrará,
Ni ahora, ni mañana, ni nunca.
Sólo queda resignarse a una áspera rutina:
Limpiar lo sucio, trabajar para vivir,
Ver a los amigos y a la familia,
Escribir para no morir.
Nada más, nada menos.
Por suerte existe el vino,
Y las farmacias, y los psiquiatras,
Y la tv y los libros,
Y las drogas, y las noches confusas.
Por suerte existe todo eso
Que ayuda a no pensar
Y a que el fin sea breve y rápido.
Le sonrío a todo el mundo
Y todos ofrezco un saludo,
Parezco tan lozana
Que nadie descubriría
Que dentro mío
Está todo pútrido y muerto ya.
Nada de lo que veo tiene sentido
Nada me interesa ni me llena.
Ni la mejor playa del Caribe me atrae
Ni el oro, ni la fama, ni la gloria.
Todo vacuo, inútil, sin contenido.
Hago la parte que me corresponde
Y no pidan más.
No me pidan que espere al cambio.
No, esas son putas mentiras
Y todos lo sabemos.
Me entrego al vaivén de la rutina:
Abrir los ojos, cerrar los ojos.
Ruego no soñar, boto fotos,
Todo lo que me recuerde
A la dicha debe irse de mí,
No quiero a la nostalgia
Susurrándome al oído.
Aunque me vean paseando por la calle
Sepan que no hay nada en mí
Que delate vida.
Quédense con mis tripas,
por mí está bien.
28/07/14.
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