miércoles, 6 de febrero de 2013

"No te salves..."*


"No quiero que seas un superhombre, ni te necesito infalible. No necesito un dios al cual venerar sin reparos, sino a un hombre al que pueda amar sin rodeos. Cuando sea yo la que esté en la inmunda, no espero que te compadezcas de mí, ni que tengas la palabra precisa, ni que le des solución mágica a mis problemas. Sólo me basta con saber que estás ahí. No es necesario que seas una roca cuando lo que yo necesito es un halo de viento fresco. No busco unos brazos fuertes en los cuales refugiarme, sino una mano tendida de la cual sostenerme mientras camino en medio de la oscuridad."
Vladdo.


(No es poesía.)

Quiero que seas quien elijas ser.

Quiero caminar a tu lado por la vida. No atrás tuyo, porque de ese modo no podré ver el camino; no delante de ti, porque es necesario que tú también veas por dónde andas. A tu lado exactamente. Pero si alguna vez te cansas puedo arrastrarte un trayecto breve, pero no podré hacerlo siempre ni corresponde. Si alguna vez me canso quisiera que seas tú quien tire de la soga, pero no quiero que lo hagas siempre, ni corresponde que así lo hicieras.

No puedo prometerte que la vida sea un lecho de rosas, porque de ningún modo lo será. Así como tampoco puedo prometerte que no cambiaré, que no te fallaré nunca, que te amaré para siempre. Pero puedo elegirte hoy, puedo elegir este momento, este pedacito de vida, elegirte de entre miles y miles de personas; y ojalá vuelva a elegirte también mañana.

No quiero que seas mi bastón, ni mi guía. Pero quiero que seas el hombro donde pueda descansar mi cabeza, llorar mis penas y acurrucarme tiernamente para soñar. No quiero que guíes mi camino ni yo guiar el tuyo. Es necesario que ambos generemos un camino nuevo y único por donde podamos y queramos transitar, juntos.

No todas las noches serán de luna llena. Y habrá tormentas, y sonarán las bombas de nuestras guerras personales. Pero tendremos que definir hasta dónde es el mundo, hasta dónde somos nosotros y hasta dónde eres tú y hasta dónde soy yo. Y jamás equivocarnos en las matemáticas, 1+1 es siempre 2. Jamás seremos uno. Eres tú con tus circunstancias, con tus deseos, con tus virtudes y defectos, con tu pasado y tus miedos, soy yo con mis circunstancias, mis deseos, mis virtudes y defectos, mi pasado y mis miedos. Sólo dos pueden formar un pareja, un par de iguales.

Y deberé entender que tendrás defectos que precisamente no podré entender, pero podré aprender a aceptarlos. A su vez tú deberás hacer lo mismo. Pero nunca deberé aceptar nada que vaya en contra de mis principios ni en contra de mi integridad. Y si, te puedo ayudar en esos defectos, lo haré. Y podremos complementarnos, mas nunca, nunca, completarnos. Nadie completa a nadie, ya venimos enteritos a la vida. Te daré lo que haga falta si está dentro de mis posibilidades, pero de ningún modo, puedo darte lo que ni tú ni yo tenemos.
Quiero que seas un compañero, jamás un recurso ni un amuleto; jamás un peldaño o un puente. No quiero soluciones mágicas, primero que no me sirven, segundo que no existen, tercero no te levaré a la calidad de “dios”, sólo necesito un “juntos saldremos adelante”. Y quiero que lo creas. Y necesito fervientemente que creas en mí como yo lo hago. Y que la confianza no sea un contrato por escrito ni una cárcel, que sea un espacio delimitado por nuestros propios preceptos, cuyos límites reveamos día a día.

Quiero poder crecer a tu lado, que me enseñes lo que tú sabes del mundo y yo ignoro. Y yo poder mostrarte eso que no has visto. Y que crezcas como ser humano y como hombre cada día de tu vida. Pero será necesario que ambos tiremos para el mismo lado, cuál lado? El que decidamos de común acuerdo.

Quiero sinceridad por sobre todas las cosas. Puedo aceptar, e intentar entender, cualquier miedo, cualquier duda, cualquier bajeza. Pero no podré hacerlo ni me lo explicas de frente. Si me muestras tu guerra podré (quizá) luchar a tu lado, pero si no lo haces, no tendré ninguna posibilidad de hacerlo.

Quiero que sepas que habrá días difíciles, situaciones horrendas, momentos nefastos, porque así es la vida y muchas veces, aunque intentemos, no podremos evitarlo. Pero si tomas fuerte mi mano y no abandonas la lucha a medio camino, lo que espera delante puede ser mucho mejor.

Quiero contarte que no soy perfecta, nadie lo es. Pero puedo aspirar a ser mejor. Algún día tendré arrugas y canas, mis hormonas muchas veces definirán mis humores, tendré momentos de inaudito llanto y melancolía y a veces, habré de equivocar el rumbo. Porque al fin y al cabo soy humana y me voy haciendo día tras día, año tras año, al igual que tú y que todos. Es necesario que entiendas que nada de lo que hago lo hago para lastimarte ni ofenderte, pero a veces me equivoco, y tendrás que poder entenderlo. Así como yo tendré que entenderte a ti si fallas. Pero por favor, si estoy haciendo mal es preciso que me lo digas, por el bien de ambos. Rétame si es necesario, ponme algún límite si lo amerita la situación, yo haré lo propio.

Debes saber que no busco un padre. Sí un amigo leal, sí un amante tierno, sí un compañero de ruta. No un guía espiritual, ni un mesías, ni nada que se le parezca.

Es preciso que sepas que te quiero a mi lado, pero no te necesito; necesito del aire que respiro, del agua que bebo, de mis neuronas, brazos y miembros. Pero no te necesito para vivir; no eres el aire que respiro, pero sí me alegras cuando lo hago.

Quiero que tengamos nuestra propia autonomía y espacios personales. Y que si me gusta algo que a ti no, es totalmente normal y está bien que así sea. Pero así también debemos construir un mundo nuevo en donde coincidamos, en donde cada uno pueda ser tal cual es, sin prejuicios, sin antecesor; un espacio creado a la medida de nuestros gustos y necesidades. Un lugar común en donde podamos encontrarnos sin temor y sin armaduras.

Te ofrezco mi lealtad, mi tiempo, un hombro donde llorar, brazos que abracen, oídos que escuchen sin juzgar, un cuerpo en donde sentirte bien, ternura, compasión, consideración y compresión. Te ofrezco un lugar en mi vida, justo al lado mío, un par de ojos que velen tu sueño, unas manos que hagan, y por sobre todas las cosas, un espíritu fuerte que ame cada partícula de tu ser, aun con tus sombras y oscuridades. Te ofrezco estas líneas, que seguramente no sea lo mejor que has leído ni mucho menos, pero es sincero, es valiente y puro.

Por último, no menos importante, te pido, por lo que más quieras, que si algún día puedes y quieres aceptar esto que te ofrezco, y puedes y estás dispuesto a dar esto que quiero, me avises.




06/02/13. 



* No te salves, Mario Benedetti.

No te quedes inmóvil 
al borde del camino 
no congeles el júbilo 
no quieras con desgana 
no te salves ahora 
ni nunca 
no te salves 
no te llenes de calma 
no reserves del mundo 
sólo un rincón tranquilo 
no dejes caer los párpados 
pesados como juicios 
no te quedes sin labios 
no te duermas sin sueño 
no te pienses sin sangre 
no te juzgues sin tiempo 

pero si 
pese a todo 
no puedes evitarlo 
y congelas el júbilo 
y quieres con desgana 
y te salvas ahora 
y te llenas de calma 
y reservas del mundo 
sólo un rincón tranquilo 
y dejas caer los párpados 
pesados como juicios 
y te secas sin labios 
y te duermes sin sueño 
y te piensas sin sangre 
y te juzgas sin tiempo 
y te quedas inmóvil 
al borde del camino 
y te salvas 
entonces 
no te quedes conmigo.




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