jueves, 31 de enero de 2013

"Aunque a veces digo basta en las noches de subasta me la juego hasta ganar."


"Desentraño la esencia de mi propia existencia 
Sin desfallecimiento, y me digo que puedo 
Como en una constante 
Y me muero de miedo, pero sigo adelante."

Eladia Blazquez. 




 El mundo se divide en dos, los que tienen poder y los que no.

En la balanza pongo
Lo que di y lo que fui
Lo que tuve, lo que dije,
Lo que soñé, lo y los que fueron conmigo.
No diré que fue el Karma,
No acusaré al Destino
Ni a la paradoja ni al eterno retorno.

La victima siempre busca un victimario,
El victimario busca a su victima,
Hasta que un día ambos se encuentran
Y sucede lo que esperaban.
¿Pero después qué?

¿Quién tiene el poder acaso?
¿El que lo ejerce?
Si ese mismo poder le fue dado por otro
Y sin ese otro no habría poder alguno,
¿Acaso no está en quien decide darlo?
¿Quién tiene más valor?
¿El que ofrece poder
O el que lo ejerce?
¿Qué vale más?
¿El poder o el valor?
El tener valor ya es poder.

Temerle a la reprimenda del padre
Es ofrecerle el poder de hacerlo,
Él castiga, ordena
Y uno obedece en auténtica sumisión.
Hasta que un día se ven las cadenas
Que atan a un ¿par?
Y allí pueden romperse
Sabiendo que rompemos lo monumental de ese padre.

Si te doy poder busco tu cobijo
Tu orden que me ordena,
Tu palabra que me encasilla.
Y eso me vuelve temerosa, impotente.
No hay poder alguno en mi persona
Ya que lo relego.
Pero acaso conceder poder a otro
¿No es un acto de arrojo total?
Y ese poder, cual don, que uno da
Acaso ¿no deja al otro
Mejor de lo que estaba?

Ya lo dijeron antes,
El poder conlleva responsabilidad.
Y no todos -aquí el don del valor-
Pueden hacerse cargo de ello.
Pero ¿qué pasa si el poder
Nos es impuesto sin que lo buscáramos?
¿Qué hacer entonces,
Cuando algo que no queremos
Depende de nosotros?

No, el poder no debe ser otorgado a nadie,
Uno manda en uno,
Uno es rey y vasallo de sí mismo.
Uno se llora las penas
Y se ríe las alegrías.
Así debe ser,
Para que nadie cargue (queriendo o no)
Con algo que no le pertenece:
Nuestra persona.

El valor, el más grande de todos,
Es el poder ejercido por uno y para uno,
Yo me guío, yo me mando.
Pero, y acá lo importante,
Es noble de una persona
Poder entregarse a un otro o a un algo
Con brío y aun así,
No perder su propio dominio.

Dirán cuán difícil es
Entregar sin perder,
Malas noticias:
Al ganar siempre se pierde algo.
Y esto es un siempre sin excepción.
Si apuestas dos para ganar diez
Te creerás invencible,
Pero apostar diez para ganar
Quién sabe cuánto
Te has ganado, de por sí,
El don del Valor.

Dirán que la valentía no reconforta,
Les digo que sí,
 A la larga o a la corta
Saber apostar,
Y saber perder y ganar,
Son las tres piezas claves del andar.
Puedo prestar mis alas
Pero tengo que ser consciente
De a quién se las presto,
Cómo y porqué.
Y hacerme cargo si ese alguien
No me devuelve lo que le di.
La culpa, en definitiva,
Como dicen los que saben,
No es del chancho
Sino del que le da de comer.

Mi mapa es mi cuerpo,
Mi tierra mi piel,
Mi mente es mi dios,
Mi amor es mi fe.
Es esa parte irracional
Que convoca pero asusta,
De la cual no me puedo desprender,
No porque no quiera,
Sino porque la vida
Sin esa parte,
No tendría ningún valor, ningún sentido.

Prefiero perder mil veces
Y sentirme fresca ante cada nueva apuesta
Que esperar bajo un árbol
A que llegue la fiesta.
Apuesto y tiemblo de miedo
Pero sigo adelante
Porque consigo entender
Otra manera de vivir.
Y quiero vivir.
Lo gritan mis arterias,
Lo gimen mis certezas,
Lo ansían mis esperanzas.

Y perdonen si lloro
Pero a veces el mundo me pesa,
A veces me siento gris
Y todos es oscuridad.
La lluvia y el sol se debaten en mi cielo
Y es así,
Es como tiene que ser.
¿Si pueden tenerme fe?
No lo sé,
No estoy a la altura de expectativas ajenas,
Sólo pretendo estar a la altura de las mías.
No intento convencer a nadie de lo que no soy,
Erro, caigo, me demoro,
Soy así, intento mejorar,
Pero todo, completamente todo,
Corre por cuenta mía.

Llevo veinticinco años de convivencia
Conmigo misma,
No voy a esta altura a fingir.
Amo –y lo juro- el preciso instante
En que alguien siente que así,
Así como soy (no como quisiera)
Piensa que puedo más.

No quiero su lástima ni conmiseración,
No quiero su hipocresía ni su lástima,
Soy esto. Intento mejorar.
Pero si no lo hago la peor perjudicada soy yo
Y lo sé.
Y si ando es por mí.
Si amo, si lucho, si sueño, si hago
Es siempre por mí.
Si me estremezco de placer es por mí.
Si desando los caminos de mis errores
Es por mí.
Y cuando al fin vuelva a mi hogar,
Ese sitio aún inexistente,
También será por mí.
Porque ese poder no lo relego:
Vivo por mí.

31/01/13.




Título: "Lo + fino", Las Pastillas del abuelo. 

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