"Desentraño la esencia de mi propia existencia
Sin desfallecimiento, y me digo que puedo
Como en una constante
Y me muero de miedo, pero sigo adelante."
Eladia Blazquez.
El mundo se divide en dos, los que
tienen poder y los que no.
En la balanza pongo
Lo que di y lo que fui
Lo que tuve, lo que dije,
Lo que soñé, lo y los que
fueron conmigo.
No diré que fue el Karma,
No acusaré al Destino
Ni a la paradoja ni al
eterno retorno.
La victima siempre busca
un victimario,
El victimario busca a su
victima,
Hasta que un día ambos se
encuentran
Y sucede lo que esperaban.
¿Pero después qué?
¿Quién tiene el poder
acaso?
¿El que lo ejerce?
Si ese mismo poder le fue
dado por otro
Y sin ese otro no habría
poder alguno,
¿Acaso no está en quien
decide darlo?
¿Quién tiene más valor?
¿El que ofrece poder
O el que lo ejerce?
¿Qué vale más?
¿El poder o el valor?
El tener valor ya es
poder.
Temerle a la reprimenda
del padre
Es ofrecerle el poder de
hacerlo,
Él castiga, ordena
Y uno obedece en auténtica
sumisión.
Hasta que un día se ven
las cadenas
Que atan a un ¿par?
Y allí pueden romperse
Sabiendo que rompemos lo
monumental de ese padre.
Si te doy poder busco tu
cobijo
Tu orden que me ordena,
Tu palabra que me
encasilla.
Y eso me vuelve temerosa,
impotente.
No hay poder alguno en mi
persona
Ya que lo relego.
Pero acaso conceder poder
a otro
¿No es un acto de arrojo
total?
Y ese poder, cual don, que
uno da
Acaso ¿no deja al otro
Mejor de lo que estaba?
Ya lo dijeron antes,
El poder conlleva
responsabilidad.
Y no todos -aquí el don
del valor-
Pueden hacerse cargo de
ello.
Pero ¿qué pasa si el poder
Nos es impuesto sin que lo
buscáramos?
¿Qué hacer entonces,
Cuando algo que no queremos
Depende de nosotros?
No, el poder no debe ser
otorgado a nadie,
Uno manda en uno,
Uno es rey y vasallo de sí
mismo.
Uno se llora las penas
Y se ríe las alegrías.
Así debe ser,
Para que nadie cargue
(queriendo o no)
Con algo que no le
pertenece:
Nuestra persona.
El valor, el más grande de
todos,
Es el poder ejercido por
uno y para uno,
Yo me guío, yo me mando.
Pero, y acá lo importante,
Es noble de una persona
Poder entregarse a un otro
o a un algo
Con brío y aun así,
No perder su propio
dominio.
Dirán cuán difícil es
Entregar sin perder,
Malas noticias:
Al ganar siempre se pierde
algo.
Y esto es un siempre sin excepción.
Si apuestas dos para ganar
diez
Te creerás invencible,
Pero apostar diez para
ganar
Quién sabe cuánto
Te has ganado, de por sí,
El don del Valor.
Dirán que la valentía no
reconforta,
Les digo que sí,
A la larga o a la corta
Saber apostar,
Y saber perder y ganar,
Son las tres piezas claves
del andar.
Puedo prestar mis alas
Pero tengo que ser consciente
De a quién se las presto,
Cómo y porqué.
Y hacerme cargo si ese
alguien
No me devuelve lo que le
di.
La culpa, en definitiva,
Como dicen los que saben,
No es del chancho
Sino del que le da de
comer.
Mi mapa es mi cuerpo,
Mi tierra mi piel,
Mi mente es mi dios,
Mi amor es mi fe.
Es esa parte irracional
Que convoca pero asusta,
De la cual no me puedo desprender,
No porque no quiera,
Sino porque la vida
Sin esa parte,
No tendría ningún valor,
ningún sentido.
Prefiero perder mil veces
Y sentirme fresca ante
cada nueva apuesta
Que esperar bajo un árbol
A que llegue la fiesta.
Apuesto y tiemblo de miedo
Pero sigo adelante
Porque consigo entender
Otra manera de vivir.
Y quiero vivir.
Lo gritan mis arterias,
Lo gimen mis certezas,
Lo ansían mis esperanzas.
Y perdonen si lloro
Pero a veces el mundo me
pesa,
A veces me siento gris
Y todos es oscuridad.
La lluvia y el sol se
debaten en mi cielo
Y es así,
Es como tiene que ser.
¿Si pueden tenerme fe?
No lo sé,
No estoy a la altura de
expectativas ajenas,
Sólo pretendo estar a la
altura de las mías.
No intento convencer a
nadie de lo que no soy,
Erro, caigo, me demoro,
Soy así, intento mejorar,
Pero todo, completamente
todo,
Corre por cuenta mía.
Llevo veinticinco años de
convivencia
Conmigo misma,
No voy a esta altura a
fingir.
Amo –y lo juro- el preciso
instante
En que alguien siente que
así,
Así como soy (no como
quisiera)
Piensa que puedo más.
No quiero su lástima ni
conmiseración,
No quiero su hipocresía ni
su lástima,
Soy esto. Intento mejorar.
Pero si no lo hago la peor
perjudicada soy yo
Y lo sé.
Y si ando es por mí.
Si amo, si lucho, si
sueño, si hago
Es siempre por mí.
Si me estremezco de placer
es por mí.
Si desando los caminos de
mis errores
Es por mí.
Y cuando al fin vuelva a
mi hogar,
Ese sitio aún inexistente,
También será por mí.
Porque ese poder no lo
relego:
Vivo por mí.
31/01/13.
Título: "Lo + fino", Las Pastillas del abuelo.
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