sábado, 28 de noviembre de 2009

Ven conmigo...






Deja lo nefasto de tu corazón
A un lado,
Deja de mendigar compasión
Y ven conmigo
A perder la razón.
No me niegues
Lo que la turba predica,
No me calles
Si a ti me refiero.
De mí tomaste
Aquella vez
La rauda redención
En aras de un sueño mejor.
Me formaste a tu antojo
No dijiste ¡que injusticia!
A qué venir ahora
A mancillar mi nombre
Con el tributo
Que a tus dioses pagué.
No me mezquines
La savia original,
Ve que me estoy haciendo
Tal como la roca erosiona.
Soy la canción no cantada,
La convicción sin devotos,
Soy la queja de Epícteto,
Lo nunca dicho.
 Toma mis férreas manos,
-tú, su valor no pagaste-,
pero acércate de a poco
a nuestros lugares
y enajénate ante tu obra,
soy el riel
del tren de que descarrila.



3 comentarios:

  1. Siempre es agradable venir a este lugar. Siempre tienes algo nuevo que contar.

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  2. Toda obra puede ser remodelada, hasta la más opaca, vuélvese brillante, del árbol nace savia a cada instante.

    Preciosos tus versos, con fondo.

    Besos.

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  3. "No me mezquines"-
    :)
    Grax por pasarte por mi blog.
    Bs

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